Como abogados de familia o abogados matrimonialistas sabemos que está es una pregunta que en no pocas ocasiones se hacen los clientes cuando se tienen que embarcar en un procedimiento de separación o divorcio; ¿Cuál es el mejor abogado de Familia en Madrid? En el presente post vamos a abordar las claves para que encuentres el mejor abogado de familia en Madrid. Hablamos del mejor abogado de familia en Madrid porque es donde tenemos nuestra sede central, pero la realidad es que esta serie de consejos son aplicables a cualquier abogado de familia con independencia del partido judicial o ciudad en la que se busque al abogado.
1.- Experiencia y especialización.
Y ojo, la experiencia no va solo ligada a los años de ejercicio. En no pocas ocasiones nos hemos encontrado (en cierto modo es comprensible) con que se tiende a pensar que por el hecho de que un abogado sea más mayor o lleve al menos 20 años trabajando nos representará o asistirá mejor, como si la edad llevase aparejada una garantía de éxito en sí misma.
En ese sentido, el siguiente ejemplo nos parece bastante ilustrativo sobre lo errónea que es esa creencia; existe la posibilidad de que un abogado generalista de 50 años haya trabajado en no más de 30 procedimientos de familia a lo largo de toda su carrera profesional y, sin embargo, un abogado de familia de 26 años haya tramitado el mismo numero de procedimientos en solo uno o dos años de ejercicio, al haber salido de la carrera y haberse enfocado solamente en esa rama. Habiendo llevado, dirigido o estudiado ambos el mismo numero de asuntos… ¿Crees que la edad es un valor diferencial o representativo de la experiencia en materia de derecho de familia?
La experiencia va en nuestra opinión más allá de la edad y de los años de ejercicio y está más ligada con la intensidad y con la especialización. Como siempre les decimos a nuestros clientes, un médico no puede ser cardiólogo y anestesista a la vez y es imposible que sepa de todo y que de todo sepa bien. La experiencia o la intensidad nos ha demostrado en ese sentido que la especialización es clave, es necesaria la formación especializada en derecho de familia y que esta sea adicional a las pequeñas pinceladas que se estudian en la carrera.
Hablamos de lo que los abogados de familia entramos en la vida de las personas en momentos de absoluta vulnerabilidad y dejan en nuestras manos lo más valioso que tienen en sus vidas, que son sus hijos. El derecho de familia es cambiante del mismo modo en que lo es la institución de la familia en sí misma, que avanza conforme a los usos y costumbres sociales en cada momento. Por desgracia, la sociedad avanza demasiado rápido y el derecho no está en muchas ocasiones preparado para dar soluciones rápidas y eficaces a los problemas que se le presentan a las personas en su día a día.
A todo ello, debemos sumarle que cada juzgado es un mundo (de ahí que se esté luchando por una especialización de los juzgados de familia y unificación de criterios) y el abogado que elijas debe conocer como funciona cada uno de estos, a los profesionales que trabajan en ellos, magistrados, fiscales, funcionarios, los plazos de espera, jurisprudencia reciente de cada juzgado de primera instancia, de la Audiencia Provincial… ello te permitirá desde la experiencia y la especialización adaptar una estrategia que sea adecuada y eficaz para la consecución de tus objetivos. “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes temer el resultado de cien batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria obtenida también sufrirás una derrota. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en cada batalla", Sun Tzu.
2.- La calidad humana del profesional; para ser un buen abogado primero hay que ser buena persona.
Ya hemos hablado de la importancia de estar bien formado en derecho de familia y de estar dedicado íntegramente a esta materia. Pero igual de importante es la vocación, la calidad humana y la empatía. Como abogados de familia hemos entendido que debemos de estar dotados de una especial sensibilidad que nos permita atender a las necesidades especificas de nuestros clientes en cada etapa del proceso. Pero no hablamos solo de sus necesidades jurídicas sino también personales, y ello lleva aparejado estar dotados de herramientas tanto internas como externas para hacerles el proceso más llevado, sencillo e indoloro. Para mi, Izaskun Uriarte, es absolutamente gratificante cuando un cliente me dice algo como “no sabes lo bien que me acabas de hacer con tus palabras”, “muchas gracias, necesitaba oír esto”.
Personalmente, es fundamental trabajar la inteligencia emocional y la escucha activa. Ello nos permite llegar al cliente y saber paliar sus miedos e inseguridades. ¿Qué te parece si te hablas con más amabilidad? ¿Qué le dirías a tu mejor amigo en la misma situación? ¿y si cambiamos el discurso interno que nos damos respecto a esta situación y transformamos el por qué me pasa esto por el qué tengo que aprender de esto?.
3.- Consultar varios abogados; claridad y transparencia.
A algunos clientes les da vergüenza reconocer que están visitando varios abogados hasta que se deciden por uno. Como yo siempre les digo; adelante. No hay por qué avergonzarse y es algo sumamente lógico y normal. Yo si mañana tuviera que operarme a corazón abierto también consultaría varios profesionales y optaría por el que mayor confianza me otorgue, me estoy jugando mucho y necesito un profesional a la altura.
Para mi una cuestión clave es la transparencia y la claridad, y no el facturar a toda costa. Me ha sucedido con clientes que vienen al despacho y les habían prometido grandes resultados e incluso les habían iniciado procedimientos cuando las probabilidades de éxito eran nulas o no era el cauce o momento procesal oportuno.
No todo vale y en ese sentido hay veces en las que los clientes vienen al despacho con unas pretensiones que son insostenibles y esto hay que dejarlo claro para evitar chascos futuros. A veces no se puede hacer más o no por el momento.
Yo siempre digo que ir a un procedimiento contencioso es como tirar una moneda al aire y hay que tener mucho cuidado con las garantías que se ofrecen, nada de que te prometan el oro y el moro. Desde luego descartaría a un profesional que promete resultados a toda costa o que solo te enumera las ventajas o beneficios de iniciar un procedimiento, pero sin embargo no te advierte de los riesgos o posibles consecuencias adversas.
4.- Facilidades de pago.
El mejor abogado de familia tendrá en cuenta tus circunstancias económicas y te elaborará un presupuesto y unos plazos de pago adaptados. Te explicará previamente a la contratación la modalidad y formas de pago, así como el coste de cada trámite en cada momento para que estés tranquilo y no haya sorpresas.
5.- Tratará de que llegues a un acuerdo.
Cuando se produce una separación o un divorcio solo nos queda elegir entre mediar o batallar. Siempre hay que tratar de llegar a un acuerdo en beneficio de todas las partes y elaborar un traje a medida ajustado a las necesidades especificas de cada familia. En un mutuo acuerdo todos pierden y todos ganan. Un procedimiento contencioso es, sin embargo, y como decimos, tirar una moneda al aire y las consecuencias emocionales pueden ser devastadoras. El desgaste emocional es mucho mayor, el coste económico más elevado y los plazos de espera se triplican.
En mi opinión el mejor abogado de familia llega a un acuerdo al menos en el 60% de los casos.
6.- Trato personalizado
En el despacho tenemos una secretaria maravillosa. Sin embargo, las llamadas personales de nuestros clientes únicamente las atiendo yo; de forma directa y sin interferencias. Es fundamental que el cliente se pueda comunicar con su abogado de forma sencilla, sin esperas o, como decimos, intermediarios. No siempre podemos coger el teléfono a la primera si estamos en un juicio o reunión, pero el cliente sabe que en cuanto estemos libres, recibirá nuestra llamada de forma directa y personal y resolveremos sus dudas.
Cada caso, cada cliente y cada familia es única y por eso es necesario que el trato sea personalizado. Desaconsejo los divorcios exprés que parten todos de un mismo formulario y que no prestan atención a cada caso concreto y sus especificidades. La experiencia como abogada de familia me ha enseñado que ello solo da problemas a futuro; quedan muchos flecos sueltos y ello termina en múltiples discrepancias y procedimientos judiciales posteriores e innecesarios que se podían haber evitado con un buen asesoramiento previo.
7.- Prioriza el bienestar de tus hijos.
El mejor abogado de familia velará ante todo por el interés superior de tus hijos. A veces las rencillas entre progenitores no dejan ver más allá y perdemos el foco de lo verdaderamente importante. Nos embarramos y solo tensamos más la cuerda dificultando la situación y olvidando que quienes están en medio son los más pequeños. Un buen abogado de familia aportará claridad en todo momento y como yo siempre digo “te sabrá parar los pies y sabrá imponerse cuando sea necesario”. El mejor abogado de familia te dirá también lo que no deseas oír para que pienses con la cabeza fría y no cometas errores de los que luego te puedas arrepentir. A modo de ejemplo el otro día un cliente me envió un mensaje que había redactado para su ex pareja y le desaconsejé por completo enviarlo. Le pedí que por favor dejase pasar unas horas, lo reescribiera y quitase todo tipo de alusiones personales, ironías y sarcasmos. Al día siguiente me envió un mensaje que decía “muchas gracias por tu ayuda de ayer, porque la necesitaba, tienes razón, comportarme así no me beneficia en nada y da una imagen de mi que no es real. Se que esto no es tu trabajo, pero te lo agradezco”.
8.- La discreción.
El mejor abogado de familia desde mi punto de vista guarda un perfil bajo y discreto, crea un clima de confianza y respeta el secreto profesional ante todo.
9.- La cercanía.
Y termino con la cercanía, que es algo que siempre destacan mis clientes de mi. Como yo siempre les digo, hay que se profesional y ser serio cuando la situación lo requiere, pero bastante duro es ya el proceso como para que encima exista una barrera de cemento entre el cliente y la persona en la que confía para que le resuelva su problema. Todos somos personas, con nuestros problemas, miedos e inseguridades. A veces cuando las compartimos de forma reciproca y nos mostramos al mundo con nuestros miedos y vulnerabilidades nos hacemos mas humanos, empatizamos más y conectamos mejor.
Somos abogados de familia en Madrid y estaremos encantados de acompañarte en tu experiencia positiva de vida.
Izaskun Uriarte, abogada